San Agustín

Ciclo de foros Tenemos derecho a la vida, a la seguridad, a la ciudad
Seguridad militarizada, ciudad privatizada
(Relatoría)
Caracas, 10 de diciembre de 2016

Bajo el marco de las actividades realizadas por REACIN: Red de Activismo e Investigación por la Convivencia, el día 10 de diciembre de 2016 se llevó a cabo el foro “Seguridad militarizada, ciudad privatizada”. Dicho evento se realizó en el Teatro Alameda, en San Agustín del Sur, y contó con la participación de Andrés Antillano, psicólogo social, profesor de la Universidad Central de Venezuela; Carlos Lusverti, abogado que forma parte del equipo detista plástica Natalya Critchley, quien expuso su trabajo junto a la comunidad, para forjar espacios públicos que convoquen al encuentro y realcen los recursos culturales y turísticos de esta.

El foro contó con la moderación del psicólogo John Souto, del equipo de REACIN. El periodista y activista José (Cheo) Carvajal, quien fungió de enlace con la comunidad, abrió el encuentro haciendo mención al hecho de que la ciudad día a día se ha vuelto más hostil como resultado de la violencia, teniendo como resultado la pérdida de espacios públicos y de la relación de los habitantes con dichos espacios, pues es difícil movilizarse en una ciudad en la cual no se respeta la vida. Por un lado el Estado combate la violencia militarizando la seguridad, y por otro, los ciudadanos cada día se repliegan más en sus espacios y se protegen a sí mismos a través de mecanismos privados de seguridad. Plantea que es fundamental entender mezclados el derecho a la vida, el derecho a la seguridad y el derecho a la ciudad.

LEGLPH-7

Andrés Antillano / psicólogo social
• La violencia está íntimamente ligada a la exclusión urbana, y por tanto es fundamental transformar esa ciudad que expulsa a los más pobres.
• Si las políticas de seguridad del Estado acentúan la violencia en vez de reducirla, difícilmente se podrá construir una ciudad distinta, inclusiva.
• Se han implementado políticas de mano dura desde el año 2012 (Patria Segura, primero, luego las OLP), que ha desatado una espiral de violencia.
• Estos operativos se relacionan con políticas de ocupación del territorio (no permanentes), de carácter masivo, invasivo y sin requerimientos legales.
• La muerte de civiles se exhibe como un elemento de éxito desde un discurso bélico que justifica este accionar, que ha incrementado la dinámica de la violencia.
• Se sostiene un incremento de la violencia policial desde el año 2013, reflejando un incremento de más de 200% de homicidios a manos de los cuerpos policiales.
• La mayoría de las víctimas provienen de los sectores más pobres de nuestra sociedad.
• En el año 2015, con cifras que expone la fiscalía, se observa que 14% de las muertes por homicidio fueron responsabilidad de funcionarios policiales.
• Hay una lógica generalizada en este tipo de actuación de los cuerpos de seguridad del Estado, una dinámica de tolerancia e incentivos que legitiman estas actuaciones.
• Entre 2013 y 2015 se incrementa en más de 20% los homicidios, y el blando de muchos de estos son los propios funcionarios policiales.
• Estos operativos no son efectivos por:
• Se desata una lógica bélica que implica una escalada de violencia.
• Surge una carrera armamentista por parte de los grupos delictivos que guarda relación con la propia corrupción policial.
• No resuelven los problemas estructurales de la violencia, pues se da una pérdida de legitimidad del Estado que debilita la cohesión social.
• Se evidencia la ocurrencia de delitos más violentos asociados con el hecho de que la vida pierde valor.
• Parece existir una reorganización de la violencia criminal derivada de la dinámica ya descrita.
• Es importante analizar los resultados de las políticas de represión en perspectiva histórica. A partir de los años 80 los regímenes neoliberales reproducen un orden social desigual, resultado del fin de los ciclos de expansión rentista que exige nuevas formas de control impuestas a los sectores populares, como estrategia para lidiar con la reducción de los mecanismos redistributivos de la renta.
• Hay que repensar las nuevas demandas de políticas de control y la legitimación del rol del Estado en su función punitiva.

 

Carlos Lusverti / Amnistía Internacional
• Es necesario desmontar el mito que señala la pobreza como indicador de la violencia: hay países pobres, menos violentos, y países ricos muy violentos.
• La violencia está más bien asociada a la exclusión, y la impunidad sirve como mecanismo acelerador.
• Los ciudadanos tienen que ser protegidos, pero no a cualquier costo pues el derecho a la vida debe ser inviolable.
• Los ciudadanos deben ejercer mayor control sobre las políticas públicas de seguridad, exigir transparencia en el manejo de cifras.
• Es indispensable contar con sujetos con plenos derechos, y esto depende de la creación por parte del Estado de políticas preventivas en materia de seguridad.
• Es importante participar en el diseño y aplicación de políticas de seguridad, pues como ciudadanos no estamos exentos de sufrir los efectos de la violencia.
• Es indispensable prevenir la violencia pero a su vez crear programas para atender a las víctimas sobrevivientes y a los familiares de personas fallecidas producto de esta.
• Urge implementar acciones que minimicen el poder armado de las agencias represivas, combatir la corrupción del aparato estatal, controlar la distribución y el acceso a las armas y reducir la violencia interpersonal.

Emilio Mujica / líder de San Agustín del Sur
• La violencia es permanente, y es el producto lógico de una sociedad injusta. Está metida en la historia personal de la colectividad de San Agustín. Por eso es fundamental trabajar con la comunidad para la reducción de los índices de violencia.
• “En el año 92 hubo 103 muertos en la parroquia”. “Yo me pregunto: ¿será que soy violento porque soy pobre o porque tú me excluyes?”. La respuesta del Estado ha sido la misma de siempre: más violencia.
• “No he visto una OLP en Fuerte Tiuna, en Miraflores, en Pdvsa, en el MRI, porque ahí hay delincuentes”.
• “¿Las OLP me van a liberar de mi hijo, de mi sobrino, del hijo de mi amigo? Es doloroso escuchar a un líder de izquierda justificando la muerte de gente pobre”.
• “A nosotros nos toca convivir con el riesgo y dialogar con la violencia”. Es indispensable dialogar, tener conciencia del papel de la palabra como herramienta capaz de reducir la espiral de violencia, que se incrementa con la venganza o la acción de algún justiciero que se abroga funciones de los cuerpos de seguridad.
• “Yo me convertí en un justiciero social, pero al Estado no le conviene ese justiciero social”. Hay que tender vínculos con los jóvenes de la comunidad para que expandan sus habilidades a través de la música, el tambor, el teatro, la danza, expresiones de larga tradición en esa comunidad.
• “No nos sacarán de aquí. La ciudad trata de escondernos y nosotros nos abrimos a la ciudad”.
• Es importante fortalecer el tejido social de la comunidad y abrirse al resto de la ciudad, contar con la presencia del que no pertenece a la comunidad.

Martha Lía Grajales / Coalición Unidos San Agustín Convive
• Este colectivo surge de la idea de mapear las relaciones entre la violencia y el trabajo de las organizaciones populares. Así se da un proceso formativo para el fortalecimiento popular y organizativo de San Agustín. Entre enero y octubre de 2016 hubo 21 muertes violentas, el doble del 2015, de varones con edad promedio de 26 años.
• Este grupo se ha preocupado por el fortalecimiento de comunidades para que estas se reapropien de sus conflictos, que han sido expropiados por el Estado. Gestionándolos con sus propios códigos, para prevenir y reducir la violencia.
• Han elaborado un programa de trabajo que cuenta con el fortalecimiento de consejos comunales, con la organización de niños y niñas, llevando a cabo encuentros de juegos en los que estos niños(as) se convierten en protagonistas y agentes de movilización de la comunidad.
• Fortalecen el papel de la mujer como activistas sociales de la parroquia, trabajan con jóvenes, difunden mensajes generadores de espacios y mecanismos para escuchar a los miembros de la comunidad y realizan investigación y acción participante de manera colectiva.
• El fortalecimiento del tejido social se convierte en factor clave para combatir la violencia.

Natalya Critchley / Artista plástico
• Expone su experiencia de trabajo en la parroquia San Agustín. Un trabajo que tiene como eje la recuperación de espacios públicos para enfrentar la violencia, desde la acción artística y la participación.
• Pensar colectivamente qué se puede hacer en los espacios de la comunidad y en conjunto con los habitantes de la parroquia. En especial con los niños tanto en sus escuelas como en las zonas del barrio donde residen.
• Ha realizado talleres de artes plásticas con materiales de reciclaje, exposiciones, recorridos por la parroquia, recuperación de un parque infantil, la exposición Oficina de Turismo San Agustín del Sur, en el Museo de Arte Contemporáneo.
• Es importante repensar la ciudad que queremos y nuestra relación con el espacio, lo cual puede ser significativo a la hora de enfrentar la violencia.

Debate
• Es vital el desarrollo del activismo de base, las acciones que den a conocer dentro de la opinión pública la situación de la violencia en el país, para replicar las voces que se oponen a esta dramática realidad que cada día cobra más víctimas.
• Apuntar a la integración de los ciudadanos, ir más allá de los espacios segmentados que cotidianamente habitamos y por los que nos movemos.
• Desarrollar el tejido social y el papel de los ciudadanos en promover actividades en pro de la no violencia,
• Señalar, para transformar, aquellos elementos estructurales que inciden en la violencia como expresión de una sociedad injusta.

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