En Convivencia: la paz en Túnez

Como parte de las iniciativas en el marco del diálogo y el acuerdo político, el año pasado trajimos al país a Hassine Abassi, quien se desempeñó como Secretario General de la Unión General Tunecina del Trabajo (2011 – 2017), y se convirtió en Premio Nobel de la Paz en el año 2015.

Conferencia pública ofrecida por Reacin con Hassine Abassi

Abassi cumplió una demandante agenda durante una semana, en la que ofreció una rueda de prensa y gira de medios, se reunió con grupos de diálogo y organizaciones diversas, y del mismo modo dio una conferencia pública donde relató la experiencia que, en Túnez, labró el camino a la transición política.

Entendiendo la pluralidad y la diversidad de pensamiento como una de nuestras fortalezas, procuramos que los distintos escenarios siempre estuvieran girando en torno a la idea del diálogo de cara a posturas políticas disímiles. Y, bajo esa misma premisa, trabajamos en dos encuentros medulares: una reunión con Nicolás Maduro y otra con Juan Guaidó.

Desde Reacin, promovemos procesos de reconcialiación y entendemos que, a partir del testimonio de otros países y sin caer en paralelismos automáticos, podemos trazar nuestra propia ruta.

Sobre Abassi

“El país estaba en peligro. Era imperativo salvarlo uniéndonos en torno al interés nacional”. Así se refiere Hassine Abassi a la coyuntura crítica que vivía su Túnez natal tras el convulso año 2011. En enero, una ola revolucionaria ponía fin a un cuarto de siglo de mandato de Zine El-Abidine Ben Ali, sumergiendo al país en un período de incertidumbre y caos. En diciembre, Abassi accedía a la responsabilidad de Secretario General de la Unión General Tunecina del Trabajo (UGTT), la central sindical histórica, y entonces única, del país magrebí.
En previsión de una catastrófica desintegración del proceso de transición democrática, la UGTT de Abassi convocó a los partidos a un “diálogo nacional” el 29 de julio, llamamiento para el cual contó, inmediatamente, con el apoyo de otras influyentes organizaciones de la sociedad civil, igualmente preocupadas por la gravedad del momento.
Tras maratónicas sesiones de concertación política, el 17 de septiembre de 2013 se hacía pública la iniciativa del Cuarteto para el Diálogo Nacional (conformado por la UGTT, la patronal Unión Tunecina de Industria, Comercio y Artesanía, la Orden Tunecina de Abogados y la Liga Tunecina de Derechos Humanos) en la cual se proponía una hoja de ruta que los partidos debían suscribir antes de poder participar en las conversaciones. Tal era el liderazgo del cuarteto, que 21 organizaciones partidistas se adhirieron en el acto. Pronto las facciones pudieron concentrarse exclusivamente en alcanzar acuerdos sobre la Carta Magna, pues la dimisión del Primer Ministro abrió la vía para la investidura de un “gobierno de tecnócratas”, considerado políticamente agnóstico. En estas condiciones, y gracias a la capacidad del cuarteto liderado por Abassi, el diálogo produjo resultados tan efectivos que la nueva Constitución tunecina fue adoptada el 26 de enero de 2014, y promulgada el 10 de febrero del mismo año.
La constituyente Nadia Chaabane no duda en aseverar sobre Abassi que “tiene una capacidad de escucha excepcional. Puede permanecer en silencio durante tres o cuatro horas, incluso cuando todo el mundo grita. Pero luego demuestra gran habilidad para hacer la síntesis, alcanzar un compromiso aceptable, y cerrar la discusión”. Sin duda por ello la revista Foreign Policy, al incluirlo entre los 100 “Global Thinkers” del año 2014, afirmó que “sin Abassi, la nueva constitución del país, promulgada en enero, no existiría hoy”. Una constitución “sin vencedores ni vencidos”, como la calificaría el intelectual y político islamista Rachid Ghanuchi. Sobre su rol de conciliador, Abassi afirma sencillamente que “nunca fue fácil, pues no faltó quien me recriminara que jugara ese papel. Me tuve que

  armar de paciencia y de perseverancia”. Paciencia y perseverancia que, en su edición de 2015, serían recompensadas con el Premio Nobel de la Paz, otorgado colegialmente a los integrantes del “Cuarteto para el Diálogo Nacional Tunecino”. Y no era para menos. Tomándole la palabra a Nadia Chaabane, “el diálogo salvó al país”.

Foto: Astrid Pérez Bastidas


 

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