Concluimos el Diplomado “Impactos de la violencia, movilización de víctimas y demandas de justicia en Venezuela”: Un espacio de aprendizaje y reflexión crucial para el país

Estamos muy contentos y queremos compartir que concluimos el diplomado titulado “Impactos de la violencia, movilización de víctimas y demandas de justicia en Venezuela”, realizado en colaboración entre la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) y la Red de Acción e Investigación por la Convivencia Ciudadana (REACIN).

El diplomado se llevó a cabo entre  el 25 de marzo y el 22 de julio, y contó con la participación de 25 personas seleccionadas y becadas al 100% por REACIN, entre más de 70 postulados, todas ellas vinculadas al trabajo con temas de violencia, víctimas, asistencia humanitaria y otras áreas afines.

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El grupo reunido presentaba una diversidad de perfiles, incluyendo profesionales en el campo de la seguridad y atención a víctimas, miembros de organizaciones sociales, periodistas, académicos/as y estudiantes. La variedad de enfoques y experiencias enriqueció ampliamente el desarrollo del programa y fomentó un diálogo interdisciplinario muy valioso.

El diplomado fue cuidadosamente coordinado por Andrea Chacón y Chelina Sepúlveda, quienes se ocuparon de la estructuración y la articulación  de los contenidos académicos y logísticos.

Además, el programa contó con la participación de reconocidos profesores/as y expertos/as en el ámbito, quienes aportaron su sólida experiencia y conocimientos especializados para enriquecer la formación de los participantes. Los/as profesores/as que contribuyeron su experiencia y conocimiento fueron:

– Verónica Zubillaga (Universidad Simón Bolívar – USB)

– Andrea Chacón (Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey – ITESM)

– Keymer Ávila (Universidad Central de Venezuela – UCV)

– Manuel Llorens (Universidad Católica Andrés Bello – UCAB)

– Francisco Sánchez (Universidad de Florida – UFL)

Asimismo, el diplomado contó con la  participación de seis invitados/as internacionales, expertos/as en diversos campos relacionados, quienes enriquecieron las discusiones con sus perspectivas globales:

– Vivian Khedari (Senior Mental Health Advisor, The New School NY)

– Ana Cepeda (Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey-ITESM)

– Ignacio Irazuzta (Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey-ITESM /Universidad del País Vasco-UPV/EHU)

– Gabriel Gatti (Universidad del País Vasco-UPV/EHU)

– Óscar Carbonell (Guernica Centre)

– Mariana Mora (Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social – CIESAS)

El diplomado se estructuró en cinco módulos que abordaron temas cruciales en el contexto de la violencia en Venezuela:

Módulo 1. Violencia en Venezuela.

Módulo 2. Seguridad Ciudadana, Políticas, Policía y Violencia Institucional.

Módulo 3. Impactos y Respuestas a la Violencia en las Comunidades.

Módulo 4. Violencia y Subjetividad. La Perspectiva de las Víctimas.

Módulo 5. Búsqueda de verdad, sentidos de justicia y movilización de víctimas en América Latina.

Los módulos introductorios, los dos primeros, pretendían ubicar un contexto y lenguaje común para hablar de las violencias que ocurren en nuestra región y en nuestro país. A partir de ello, se inició el abordaje de los impactos y respuestas a la violencia en las comunidades, llevando la mirada a lo micro, entendiendo cómo se vive, experimenta y significa las violencias desde las comunidades, sus propias dinámicas y las personas vinculadas a ellas.

Por último, se abordaron y cuestionaron conceptos vinculados a la construcción social de las figuras de la víctima y el victimario, cómo estos conceptos se han relacionado a temas de ciudadanía, y de qué manera, a partir de ahí se construye agencia.

Finalmente, en el último módulo se abordaron temas de memoria, entendimiento de los sentidos de justicia, el acompañamiento a personas con experiencia de victimización y todo lo vinculado a búsqueda de verdad y movilización de víctimas.

Uno de los elementos más valorados por los/as participantes fue el tema del abordaje psicoemocional de personas víctimas de la violencia y del propio aprendizaje asociado a la propia gestión emocional y de contención de las personas que trabajamos en esta área.

La experiencia recibió una calificación altamente positiva por parte de los asistentes, quienes destacaron su utilidad y aplicabilidad en su quehacer diario, tanto en el ámbito académico como profesional y activista. El conocimiento adquirido y las reflexiones sostenidas auguran un impacto significativo en la búsqueda de la mejora de la situación en Venezuela.

Asimismo, los debates y reflexiones en torno a la construcción social de las figuras de la víctima y el victimario, tanto como su vinculación con la ciudadanía y la agencia, proporcionaron una visión crítica y profunda que dejó una huella significativa en los asistentes.

En nombre de la organización y los coordinadores, deseamos felicitar a todos los involucrados por el éxito de este diplomado y por su compromiso con la construcción de conocimiento y áreas de acción para la atención a temas vinculados con la violencia y las personas víctimas de ella.

Presentación del libro La muerte nuestra de cada día

El pasado mes de febrero se llevó a cabo, de manera online, la presentación de nuestro libro La muerte nuestra de cada día, de la mano de la Editorial de la Universidad del Rosario.

Se trata una reedición de Dicen que están matando gente en Venezuela, presentado en el 2020 bajo el sello de Editorial Dahbar. 

La muerte nuestra de cada día, contiene dos capítulos adicionales con autores de lujo:  Roberto Briceño León y Luis Gerardo Gabaldón.  Nuestros investigadores Keymer Ávila, Rebecca Hanson, Manuel Llorens, Francisco Sánchez, Chelina Sepúlveda, John Souto y  Verónica Zubillaga, conservan sus capítulos relacionados con la violencia armada y las políticas de seguridad ciudadana en el país.

El libro reúne a un equipo de investigadores que han venido estudiando, muy de cerca, la violencia armada en el país desde hace años. En sus páginas se intenta ofrecer una mirada amplia y diversa que recorre desde las secuelas íntimas en la vida concreta de los implicados, los impactos de la exacerbada militarización en el país, hasta los retos cuantitativos de medir la violencia, pasando por sus efectos en la convivencia.

El encuentro virtual estuvo hilado por los pertinentes comentarios de los profesores Arlene Tickner, Michael Reed-Hurtado. Ambos en compañía de nuestros investigadores y también editores académicos del libro Verónica Zubillaga, Manuel Llorens y Francisco Sánchez.

A continuación el link del registro de la presentación.

Presentación La muerte nuestra de cada día

Monitor Fuerza Letal: “Uno de cada tres homicidios que ocurre en Venezuela es consecuencia de la intervención de las fuerzas de seguridad del Estado”

El pasado miércoles 26 de enero se llevó a cabo el lanzamiento de la segunda edición del Monitor Fuerza Letal.

Se trata de un informe que reúne el trabajo de diversos investigadores y organizaciones, y que contiene cifras del uso de la fuerza letal por parte de cuerpos de seguridad del Estado, en 8 países de la región.

El evento virtual, que convocó a miembros de la sociedad organizada, organizaciones no gubernamentales, estudiantes, académicos, entre otros, presentó resultados por país, promoviendo la comprensión del fenómeno de la fuerza letal de cara a prevenirlo.

Entre los resultados del capítulo dedicado Venezuela, orquestado bajo el trabajo de nuestro investigador Keymer Ávila, destaca que uno de cada tres homicidios registrados es perpetrado por el uso armas de fuego por parte de la Fuerza Pública.

Este dato ubica a Venezuela como el país con la mayor cantidad de casos extremos de abuso.

Para reparar en más detalles, los invitamos a descargar el PDF con el informe.

Dinámicas criminales

Seminario Dinámicas criminales y grupos armados en Venezuela: lógicas, patrones y reconfiguraciones

Hace semanas atrás llevamos a cabo el seminario Dinámicas criminales y grupos armados en Venezuela: lógicas patrones y reconfiguraciones. Todo dentro del marco de la formación, como uno de los ejes transversales de nuestro trabajo.
El encuentro estuvo moderado José Manuel Roche, de la Universidad de Oxford. Dentro de los expositores estaban nuestra investigadora Verónica Zubillaga. Además de José Luis Fernández; Annette Ilder, de la Universidad de Oxford; y Andrés Antillano de la Universidad Central de Venezuela.
A continuación, compartimos la relatoría del seminario.

Foto por Leo Ramirez

– Presentación de los ponentes por parte de José Manuel –

– Verónica: gracias por la introducción, así como el saludo cordial. REACIN es un grupo de investigadores que desde hace décadas colaboramos juntos. Realizamos investigaciones etnográficas sobre diversos temas en relación a la seguridad ciudadana, como por ejemplo estrategias en la búsqueda del desarme. También somos investigadores buscando incidir.

1. Primer ponente: José Luis. Sociólogo, quien coloca énfasis en sistematizar los datos de la violencia en Venezuela.

– José Luis: ahora les mostraré algunos gráficos que recogen la tasa de muertes por armas de fuego. Generalmente arriba veremos el comportamiento estructural y abajo el coyuntural. Si observamos las cifras desde finales del siglo XX encontramos que desde 1989 no ha existido otro cambio o pico tan drástico en las cifras de muertes. También se ve que a partir del 2005 la tasa se estabilizó considerablemente. Esto último nos permite contrastar con la idea de que la violencia es un fenómeno indetenible. Más bien hay un elemento coyuntural que la permite y después se estabiliza. La idea fundamental que les quiero transmitir es que la violencia no es inevitable.

Por otro lado, a inicios del siglo XXI se había llegado a un consenso: que la violencia era un fenómeno principalmente urbano, sobre todo en el área metropolitana. Sin embargo, en las últimas investigaciones he visto, siendo la cifra proporción de muertes por armas de fuego, que al inicio la misma si era mayor en la geografía urbana en comparación con la rural, pero con el pasar del tiempo lograron intersectarse estas líneas y ahora la proporción es más alta en sectores rurales.

Adicionalmente, hay que entender que, en dichos sectores rurales, así como los urbanos, la violencia se comporta de forma distinta. Esto quiere decir que no es posible hacer uso de las mismas políticas públicas para intervenir el problema de la violencia en Caracas, que las que se usen para el Arco Minero.

A través de datos del Monitor de Víctimas también encontramos un comportamiento particular de la violencia desde el 2017 hasta el 2021, donde visualizamos tres pendientes. La última, es en el tramo de la cuarentena, donde al inicio la letalidad sube, pero luego baja y se estabiliza. En ese sentido, parece que hay un desplazamiento de las economías ilícitas. También permite, de nuevo, ver que el comportamiento de la violencia varía de acuerdo a las distintas circunstancias, no es un fenómenos lineal y progresivo.

2. Annette Idler. Universidad de Oxford.

– José Manuel le pregunta por lo que vio en su trabajo de campo en la frontera colombo-venezolana –

– Annette: he visto la presencia de distintos grupos armados. Por lo menos ahora, con los enfrentamientos en Apure que comenzaron el 21 de marzo. Allí es posible ver disidentes de la FARC, policías venezolanos, civiles o personas que forman parte de las comunidades allá. En esa problemática, hasta ahora han fallecido 9 guerrilleros, 8 policías y 5000 civiles han huido a la frontera de Colombia. Con esto, podemos visualizar una lógica transfronteriza de manera histórica. Con la FARC, ELN, los grupos paramilitares, etc. Luego en los años 90 se ven relaciones entre ELN, FVL y las comunidades aledañas. Trabajaban de manera transfronteriza.

Estas formas de operar en realidad le convienen a los actores armados, ya que es un nicho perfecto para la impunidad y, de la mano con esto, la entrada y continuación de las economías ilícitas.

Ahora, se establecen tres formas de orden entre los grupos que operan entre la frontera: de amistad, que implica que entre distintos grupos armados hay una coexistencia pacífica; rivalidad, donde las alianzas entre dichos grupos son frágiles; por último, de combate, donde hay una franca problemática entre los grupos, como es el caso de la Fuerza Armada y las disidencias de la FARC en este momento.

Esta relación transfronteriza, más cuando se tratan de relaciones de rivalidad o combate, tiene impactos significativos en las comunidades aledañas. En primer lugar, hay un aumento en las tasas de violencia del sector y, por ende, mayores desplazamientos. En segundo lugar, es susceptible a la violencia selectiva, siendo un ejemplo de esto el sicariato. Esto a su vez aumenta la desconfianza entre personas de la comunidad y una erosión del tejido social a largo plazo, si bien a corto plazo puede fungir como “un acuerdo”.

En tercer lugar, menor capacidad por parte de los integrantes de la comunidad de actuar libremente, ya que los grupos que dominan la zona generan una especie de contrato de seguridad ciudadana. En éste, los grupos armados pueden prestar seguridad, respeto, entre otros a la población local, pero luego han de poner sus reglas y la población debe obedecer.

Por último, al cerrar la frontera puede generarse una doble crisis que impacta a las comunidades: la de la emergencia humanitaria y la de la inseguridad. Cerrar la frontera amplía la violencia y la impunidad, sobre todo en el caso de las mujeres. Deben pasar por vías informales, como las trochas, y eso más bien genera mayor inseguridad en sus vidas.

– Promoción del libro de Annette, el cual será publicado en mayo: “Fronteras rojas”-

Foto por Leo Ramírez

3. Andrés Antillano.

– Andrés Antillano: ocurre una mutación de las bandas criminales y hay cuatro grandes cambios para entender lo que sucede actualmente en el delito:

1. Cae de forma significativa el delito predatorio, ya que son más los riesgos que trae que los beneficios. Había alto riesgo de detección y punición por parte de la policía, así como pocas oportunidades económicas. Hay mayores mercados ilícitos, extorsión y acuerdos entre bandas. Lo único que aumentaron fueron los feminicidios.

2. Se da un cambio en la geografía del delito, tal como planteaba José. Se manifiesta en otras zonas e incluso de forma predominante en la ciudad.

3. Ocurre un cambio en la organización del delito. Ya no es uno de grupos pequeños, sino que se genera el delito organizado, el cual puede lidiar con la violencia policial.

4. Hay un cambio de lógica. Inicialmente había una racionalidad expresiva, donde había una lógica guerrera y se buscaba reputación o que el sujeto armado se reafirmara en su exclusión. Se pasa a una lógica empresarial, la cual está orientada a aumentar el lucro y el control.

Ahora, hay tres variables que contribuyen a estos cambios:

1. La violencia policial crece en el 2014. Con esto es importante realizar actividades ilícitas menos visibles, que brillen menos, fortalecer las articulaciones entre bandas, así como acuerdos entre actores estatales. Aquí se ve cómo la mano dura transformó el delito.

2. La contracción económica que surge en el país. Se reducen los blancos atractivos y esto hace que el delito convencional mengue y actividades inelásticas se creen. Allí entra el mercado de drogas o el de alimentos. Aumenta la extorsión, secuestro de personas con alta nivel socioeconómico, así como el control fronterizo. Esto a su vez requiere y, por ende, genera mayor organización.

3. La transformación del lumpen. Las personas que se encontraban en la periferia ahora son centrales y es lo más atractivo.

4. Verónica Zubillaga.

– Verónica Zubillaga: hablaré sobre el impacto que tienen las políticas militarizadas en la forma como se organizan las comunidades y su relación con los actores armados. Para esto, voy a comparar dos comunidades que están en Caracas. Una de éstas recibió sistemáticas políticas de mano dura, lo cual generó que se reorganizaran de una manera mucho mejor planificada y contundente. Caso distinto es el de otra comunidad que queda en el centro de la ciudad. No se manifestaron estas políticas de manera sistemática y de la mano con esto, tampoco un reordenamiento de los grupos armados.

Un elemento comparativo fundamental es el papel de las mujeres en la comunidad. En el primer caso donde hay una gobernanza criminal establecida, es decir, un régimen armado claramente instituido que permea o mueve la vida social y económica, los niños y las mujeres conviven con esto y allí se instaura una ley del silencio. Esto quiere decir que hay unas normas claras y castigos severos para quienes violenten dichas normas. De hecho, los vecinos usan metáforas como: “tienen las reglas, tienen la ley”.

Por ejemplo, está prohibido: robar, los abusos sexuales o la violencia doméstica. En este sentido, si surge una problemática de este tipo, hay una jerarquía en la que estos asumen las funciones del Estado, son los tribunales, son las dádivas de la comunidad. En este espacio, las mujeres se encuentran sometidas. No hay espacio para negociar.

Por otro lado, en la segunda comunidad las mujeres pudieron juntarse para realizar comisiones de convivencia que permitiesen el cese al fuego. En este sentido, hacen un trabajo en redes que posibilita frenar la violencia a través de parte de su poder local como: su rol de madre, el chisme, regular las bandas. Esto contrasta de manera drástica con la otra comunidad, donde parece que la reorganización del grupo criminal más bien posibilita una situación de guerra que secuestra los recursos cotidianos que tienen las mujeres para regular la violencia. Aquí se ve claramente el daño que generan las políticas militarizadas en la vida cotidiana de las comunidades.

-Soluciones:

-José Luis: primero, para pensar en soluciones hay que entender que lo que origina o lo que se asocia a la violencia no es igual para todas las regiones geográficas. Así, habría que crear constelaciones de la violencia. Eso es lo que quiero crear con mi nuevo trabajo, 5 o 6 tipos de constelaciones de la violencia y, con esto, también ver su mutación. El malandro vivaz ya caducó. No se expresa así, ahora es una lógica mucho más burocrática. Creo que sería valioso ver cómo formalizar indicadores para ver cómo se llega de una violencia a la otra; de la culebra a una violencia mucho más organizada.

-Verónica: hay dos tipos de soluciones: las que son desde arriba y las que son desde abajo. Las primeras son las que vendrían desde el Estado. Actualmente hay conflictividad dentro del mismo, no sólo entre civiles. A su vez, un truncamiento de las políticas. Se generó una reforma policial y luego una contrareforma que es la FAES. Lo mismo pasa con políticas de regulación de armas. Allí se registra la conflictividad y las contradicciones de las “revolución pacífica, pero armada”. Ahora ¿qué clamamos? Una reforma policial, procesos de justicia transicional, entre otros aspectos.

Luego están las soluciones por debajo, donde está el cómo incidir en que jóvenes varones logren encontrar un nicho fuera de las bandas armadas. Este aspecto ha sido olvidado o abandonado por el Estado. La idea es fortalecer las redes comunitarias, tanto para jóvenes como para mujeres.

-Annette: el primer problema es el cierre de la frontera. En la relación entre Colombia y Venezuela se denota la dificultad para el intercambio de la información. El caso de Apure es un gran ejemplo. Este cierre también acentúa la violencia en estos sectores porque las trochas se vuelven más importantes, y les da mayor poder a los grupos que controlan.

En el contexto de Ecuador, por ejemplo, se formalizaron algunos cruces que facilitaron la economía legal. Por otro lado, las economías ilícitas serían por medio de la frontera. Por lo que hay que invertir en mayor desarrollo e infraestructura en estas áreas, así como más incentivos en la economía legal.

-Andrés: en el 2015 las mujeres operaban dentro de los mercados ilícitos. La policía había matado a todos los jóvenes, por lo que las mujeres sustituyeron a sus parejas. Pero ahora no creo que sea así. Se establecen nuevas estructuras muy masculinizadas. Ya la mujer no está dentro de los negocios, sino que es una ficha de cambio, una especie de trofeo o de medalla. Hay una conversión de la mujer.

Por otro lado, está el tema de las zonas de paz, donde en realidad la policía no dejó de ir a las comunidades. Siguió yendo, pero ahora extorsiona. Se constituye un ciclo en el que hay encarcelamiento masivo y políticas de mano dura. Con esto viene un cambio en la expectativa. Antes el malandro tenía el trabajo lícito dentro de sus expectativas, pero ya no. Ahora es en lo ilegal, ya que en el momento en el que tiene el poder económico, también tendrá el político. Se generan soberanías que cumplen funciones del Estado.

Foto por Leo Ramírez

-Pregunta-

-Anette: la expansión de la guerrilla ha sucedido históricamente. Pero desde el 2016, con el proceso de paz en Colombia, las guerrillas movilizaron a sus familias para protegerlos. Dicho proceso de paz y el de crisis ha sido clave para expandirse.

Pero allí emerge un reclutamiento de adolescentes, como venezolanos en la frontera, a los que le dan incentivos como: motos, celulares, estatus, entre otros, pero también ocurre trata de personas.

-Zubillaga: hay un problema de disponibilidad y falta de control de armas de fuego. Esto afecta la vida de las mujeres en las comunidades. Ellas también comienzan a tener armas de fuego y reciben los conflictos previos. O también son víctimas, encuentran un arma y viven con la fantasía de que vengarán a su hijo asesinado.

-Andrés: tenemos que acabar con la visión mecanicista de que hay un cartel más grande afuera que viene aquí a controlar. Una globalización o redes globales del delito.

Por otro lado, no migraron los malandros. Existe una salida en general que permite que los efectos de la crisis se alivien y luego esto tiene un efecto en las comunidades.

Por último, como ya se ha dicho, en la década pasada existió una excesiva encarcelación que se les escapa de las manos y tratan de resolverlo con políticas de mano dura. Esto fue problemático. De las acciones de la policía se generaron mecanismos informales, pero sumamente organizados para controlar los territorios.

-José: como ya dije, hay una violencia que es estructural y otra que es coyuntural. Por ejemplo, en el Arauca están los dos lados. Cuando eres un hombre joven en un sector popular estás prácticamente destinado a incorporarte en la dinámica de la violencia. Eso es estructural. Ahora, lo coyuntural es complejo, no porque sea difícil, sino porque son elementos que no van a variar de acuerdo al contexto. Entonces en Arauca será distinto a lo que sucede en Caracas.

Dicen que están matando gente en Venezuela: análisis, registro, reflexión y denuncia de un país que se empeña en resistir

Un nuevo libro, escrito por nuestros investigadores y bajo el sello de Editorial Dahbar llega al país: Dicen que están matando gente en VenezuelaViolencia Armada y políticas de Seguridad Ciudadana.

Luego de ser lanzado en España semanas atrás, el libro llega a casa, y contiene buena parte del padecimiento que atraviesa Venezuela, la indiferencia ante las heridas que el atropello deja en el camino, la omnipotencia del poder que se exhibe con sorna frente a sus víctimas. La manera en que el Estado no sólo es protagonista en la perpetración de muertes, sino que además se burla de los atropellados.

El libro puede adquirirse en las librerías de España y a través de Amazon. Además puede obtenerse físicamente en Venezuela en las librerías Kalathos, Sopa de Letras, El Buscón, Viscaya o enviando un correo electrónico a [email protected].

A continuación, el registro del foro llevado a cabo en diciembre pasado, en el marco del lanzamiento del libro.

Se trató de una conversación conducida por las periodistas Vanessa Davies de Contrapunto y Ronna Rísquez de Monitor de Víctimas. Y con la participación de Sergio Dahbar, de Editorial Dahbar; Verónica Zubillaga y Manuel Llorens, ambos autores e investigadores de Reacin.

Relatoría

Ronna: ¿de dónde viene el nombre del libro?

Verónica: viene de una conversación con niños con los que conversaba John Souto. Una niña indica “dicen que están matando gente, pero en verdad están matando malandros”. Revela un poco la naturalización de la muerte y la justificación de ciertas matanzas. Es una forma de denuncia hacia la naturalización de la muerte. Toda denuncia implica alzar la voz y reclamar justicia. Es una búsqueda por encontrar un horizonte de convivencia.

Manuel: viene de una intensa discusión. Parte del libro es una producción colectiva integrada por distintos autores con diversas profesiones y miradas distintas. Es un título sugerente: cuando el mundo voltea a ver a Venezuela, es haciéndose esas preguntas. Es una invitación desde la curiosidad.

Vanessa: hay un Estado penal exacerbado, pero no se relaciona con el comportamiento a nivel económico ¿cómo entendemos esto? (Para Verónica).

Sobre la violencia crónica y la ciudadanía híbrida (Para Manuel).

Verónica: ha ocurrido un auge de la violencia policial. Paradójicamente surgen una reforma policial en el 2010 ante la denuncia por las redadas, pero al mismo tiempo, se dan con mucha fuerza los operativos policiales, como el madrugonazo al hampa. A su vez, ocurre el colapso de los precios petroleros. Para el año 2014-2015 ocurre una nueva fase de militarización de la seguridad. Ya es el mismo Estado el que trunca los procesos de reforma. Debe venir otra vez una discusión sobre las reformas de las instituciones de seguridad.

Manuel: hay que ver el impacto que tiene la violencia en el funcionamiento de las comunidades. Es algo sostenido en el tiempo, que genera unas formas de ejercer la ciudadanía. Hay un código de la ley, pero también un código local, informal, que controla. Se instaura una dualidad entre responder mediante la vía formal o no hacerlo. Lo que hemos visto es que la violencia crónica genera: mayor resguardo, relaciones de mayor desconfianza (por ejemplo, una persona que le robaron la casa y en la misma conversación indican que pudo ser un mismo vecino que “lo pichó”), más fragmentación, menor concepción de que ante situaciones violentas existirán instituciones que van a responder, no hay espacios de acuerdos colectivos, etc. Esto hace pensar en opciones alternativas.

Ronna: capítulo 2: ¿cuáles fueron esas señales de resistencia que percibieron en la comunidad? (Para Manuel)

Manuel: ante situaciones adversas hay fuerzas antagónicas que se resisten. Cuando miramos desde el foco de la violencia podemos perder de vista esas formas de resistencia. Personas que activamente hace cosas: vínculos, confianza, logran espacios seguros, negociar salidas. Sería imposible investigar sin estas entradas.

Pensando en nuestra organización, la idea que queremos transmitir se asocia con una forma de resistencia, de que necesitamos articularnos entre muchos para poder salir de la violencia.

Verónica: complementando la idea, es necesario un trabajo en redes y también mirar nuestro pasado.

Vanessa: ¿quién es la víctima? Es el que dice el Estado proteger ¿por qué se llega a esa ruptura? (Para Verónica)

¿Policía y malandro dan igual de miedo? ¿Quién es la autoridad? (Para Manuel)

Verónica: la gran esperanza de la revolución era la deuda de inclusión que viene desde el pasado. Ocurre una etapa redistributiva (por ejemplo, las misiones) y donde el destino de Venezuela se vinculaba a la renta petrolera. A su vez, como país tenemos la importancia de lo militar como proceso. Lo militar se vuelve una manera de entender el mundo, evidenciándose en los discursos y prácticas. Esto, aunado a un momento de crisis, se vincula con el uso de estrategias extremas de manera urgente. De la misma forma, se asocia con la llegada del mundo ilícito. En este sentido, ocurre un fracaso en la respuesta de la deuda que tenemos con los sectores vulnerables. El 21% de las muertes son por la policía y la mayoría de los asesinados son jóvenes varones de estos sectores.

Manuel: ¿quién es la autoridad? En la comunidad las personas se preguntan esto a diario. Se preguntan a qué autoridad acudo. En Los Ruices un vecino se describe como muy activo. Un día fue a un parque con su hijo y vio a un grupo de personas vendiendo drogas, por lo que acudió a la policía. Días después uno de los integrantes va hasta la puerta de su casa y le dice que “le echó paja con la policía”. Esto permite ver que acudir a la institución sólo te deja más vulnerable, por lo que su reacción fue mudarse un tiempo después. En algunos casos incluso le tienen más miedo a la policía que a los delincuentes. Ocurre una desestructuración de lo formal.

Ronna: debajo de la Cota, piden que ante una situación adversa vaya el Coqui ¿cómo es el proceso de justicia?

Manuel: esto se ve con más claridad en el capítulo de Francisco, al hablar sobre las víctimas. No hay una respuesta seria por parte del Estado, así que las víctimas no sólo viven un asesinato injustificado, sino que además tienen poco acceso a la justicia.

Verónica: esto se ha dado también en otros países: Río de Janeiro, Medellín. En la literatura se habla de gobernanzas criminales, donde cumplen soberanías territoriales: no se trata de ser un Estado en sí mismo, sino de cumplir funciones que el Estado debería cumplir.

Preguntas adicionales:

¿?: ¿cómo es en otros estados del país?

José Luis Fernández: mi trabajo es sobre todo desde lo cuantitativo. He visto diferentes perfiles de cómo ha avanzado en distintas zonas. Trato de romper con la visión de que la violencia es única. En Caracas hubo un crecimiento de la violencia, pero luego se dio en la periferia, como es el caso de Valles del Tuy. Se dio un momento de cambio en la violencia. Solía ser urbana, pero pasó a expandirse en otras regiones. Es el caso de Barlovento, donde la violencia por armas de fuego es más fuerte que en Caracas. También en Paria, con los fallecidos tras la migración forzosa. También por armas de fuego debajo del lago de Maracaibo.

Verónica: además, Andrés Antillano y Francisco han realizado un trabajo en la zona de la frontera que complementa los datos cuantitativos. Hacen una mirada microscópica, viendo los aspectos locales.

¿?: rol de las mujeres.

Verónica: han contribuido con los pactos o treguas con grupos armados. Pero esto es posible cuando hay historia de redes institucionales. Las mujeres han asumido el rol de mediar estos pactos en las comunidades. Esto se puede ver de forma más detallada en el capítulo de Francisco, donde se ve el rol de las mujeres en el reclamo de justicia.

Francisco: yo con esto sólo agregaría evitar caer en el romance de la resistencia. Y también entender que cada vez estas luchas son más privadas que públicas y que, más allá de lo que se intente, necesitamos de otras ayudas o de otras instancias.

Ronna: igual el efecto que genera en los niños. También por acá preguntan ¿cuál ha sido el efecto de las zonas de paz?

Verónica: mucha desprotección. Las políticas de mano dura han generado alianzas entre bandas ante una guerra declarada. Las zonas de paz consolidan la autonomía de las bandas territoriales.

Vanessa: lo decía también Bachelet ¿el problema son las siglas del operativo o la política? Es decir, ¿desaparece la FAES y ya o el problema es distinto?

Keymer: no es un problema de siglas. Si sólo vez la OLP, por ejemplo, vez sólo el 15% de las muertes. Dejas por fuera las demás. Este es un problema que se va arrastrando, como si fuesen unas muñecas rusas. Lo que vemos se asocia con una política anterior y lo que hace es transformarse, pero tomando en cuenta lo anterior.

La FAES llega en el 2017 con las protestas. En ese marco es que se anuncia el grupo táctico. Pero fue necesario los grupos anteriores, hay que ver la historia. Ahora, lo que distingue al FAES es la exhibición en las matanzas.

Cuando revisamos los datos por cuerpo policial, la FAES no supera al 30-40% y además allí participan distintos cuerpos. Cuando los vemos todos, nos damos cuenta que los cuerpos de seguridad del Estado son responsables del 70%, por lo que hay que ver la diversidad, también para ejercer la denuncia de cada grupo. Si no toleramos uno, eso también genera impacto y permite trasmitir el mensaje de que tampoco toleraríamos acciones similares por parte de otros cuerpos. La idea es no mostrar o generar tolerancia.

Cierre:

Sergio: personas están muy atrapadas en lo cotidiano y estos temas pueden pasar a un segundo plano.

Verónica: forjar memoria. No es romantizar las iniciativas, pero sí reconocerlas para reconstruir.

Manuel: reconocerlas para permitir el cambio.

Dicen que están matando gente en Venezuela en la FLOC 2020

En el marco de la reciente edición de la Feria del Libro del Oeste de Caracas (FLOC), organizada por la UCAB, llevamos a cabo la presentación de nuestro libro Dicen que están matando gente en Venezuela.

Se trata de un libro que revisa un espectro amplio de expresiones de violencia que incluyen el impacto de la violencia crónica en distintas comunidades y los efectos que tiene en la convivencia; las reacciones de las madres de hijos asesinados por las fuerzas policiales y sus esfuerzos por hacer justicia. También se enfoca en el deterioro del proceso de reforma policial y retrata y analiza cómo las fuerzas policiales se han constituído en un actor que ejercen una matanza de manera sistemática. Finalmente, hace un registro cuantitativo de las muertes por armas de fuego, permitiendo distinguir las diferencias según las distintas regiones, con énfasis en la evolución de la violencia en la frontera.

El encuentro en la FLOC, de poco más de una hora, contó con la participación de Sergio Dahbar y Manuel Llorens. En esta conversación quedó en evidencia, aún más, que Dicen que están matando gente en Venezuela no es un libro escrito desde desaliento. Surge de un país que se empeña en resistir. Como las madres que se reúnen en el cementerio a celebrar el cumpleaños de sus hijos asesinados para ofrecerse consuelo y los periodistas, abogados e investigadores que luchan por mostrar lo que el poder quiere mantener oculto.