Taller Periodismo, Justicia y Paz

Durante este año, como parte de nuestra vocación por generar colaboraciones y programas formativos que fomenten el análisis crítico y el intercambio de ideas, hemos llevado a cabo el taller “Periodismo, Justicia y Paz” dedicado a periodistas, en dos ediciones y en modalidades diferentes.

La primera edición realizada de manera virtual, contó con el trabajo conjunto de Monitor de Víctimas, Runrunes y Foro Cívico, además de nuestra red. 

Durante un total de seis encuentros, llevados a cabo entre la última semana de febrero y las dos primeras de marzo, los periodistas participaron en sesiones con Cristian Correa, abogado del Centro Internacional de Justicia Transicional (ICTJ); Michael Reed – Hurtado, abogado y periodista de la Universidad de Georgetown y Manuel Llorens, psicólogo clínico e investigador de nuestra red. Todas las sesiones contaron con la moderación de la periodista de investigación Ronna Risquez.

La sexta y última sesión de esta primera entrega del taller, reunió a dos periodistas internacionales de punta que han trabajado en contextos adversos en América Latina. Se trató de José Luis Sanz, corresponsal en Washington del diario El Faro; y Diana Durán, corresponsal en Bogotá de The Washington Post. 

Entre los temas abordados a lo largo de las seis sesiones estuvieron las obligaciones internacionales del Estado en materia de justicia; el rol de la Corte Penal Internacional y la complementariedad positiva; perspectivas sobre verdad, justicia, reparación y justicia restaurativa; formas de registro del sufrimiento, manejo de trauma y sobreexposición a la violencia e inclusión de sectores de la población tradicionalmente estigmatizados.

El taller contó con 30 participantes, tanto periodistas de distintos medios locales, como periodistas de la diáspora venezolana y estudiantes de Comunicación Social.

Meses más tarde, el 31 de mayo, llevamos a cabo una segunda edición del taller, esta vez de manera presencial en las instalaciones del Impact Hub Caracas. 

La convocatoria reunió a los participantes de la primera edición y a otros periodistas interesados. En esta oportunidad, el taller constó de una sesión, que contó con la presencia de Michael Reed-Hurtado, bajo el formato Q&A. 

Esta segunda edición del taller “Periodismo Justicia y Paz”, fue efectuada en alianza con Foro Cívico, y la sesión estuvo moderada por la politóloga y profesora Colette Capriles.

En ambas ediciones, se desarrollaron jornadas de reflexión, en rico intercambio con los periodistas participantes. Estos encuentros forman parte de la aspiración colectiva de estas organizaciones, apoyadas por las alianzas con abogados de reconocida trayectoria internacional, para seguir promoviendo espacios de encuentro, donde se ahonden los asuntos pertinentes y críticos para la  en la búsqueda de justicia y la defensa de los derechos humanos en nuestro país.

Presentación del libro La muerte nuestra de cada día

El pasado mes de febrero se llevó a cabo, de manera online, la presentación de nuestro libro La muerte nuestra de cada día, de la mano de la Editorial de la Universidad del Rosario.

Se trata una reedición de Dicen que están matando gente en Venezuela, presentado en el 2020 bajo el sello de Editorial Dahbar. 

La muerte nuestra de cada día, contiene dos capítulos adicionales con autores de lujo:  Roberto Briceño León y Luis Gerardo Gabaldón.  Nuestros investigadores Keymer Ávila, Rebecca Hanson, Manuel Llorens, Francisco Sánchez, Chelina Sepúlveda, John Souto y  Verónica Zubillaga, conservan sus capítulos relacionados con la violencia armada y las políticas de seguridad ciudadana en el país.

El libro reúne a un equipo de investigadores que han venido estudiando, muy de cerca, la violencia armada en el país desde hace años. En sus páginas se intenta ofrecer una mirada amplia y diversa que recorre desde las secuelas íntimas en la vida concreta de los implicados, los impactos de la exacerbada militarización en el país, hasta los retos cuantitativos de medir la violencia, pasando por sus efectos en la convivencia.

El encuentro virtual estuvo hilado por los pertinentes comentarios de los profesores Arlene Tickner, Michael Reed-Hurtado. Ambos en compañía de nuestros investigadores y también editores académicos del libro Verónica Zubillaga, Manuel Llorens y Francisco Sánchez.

A continuación el link del registro de la presentación.

Presentación La muerte nuestra de cada día

Monitor Fuerza Letal: “Uno de cada tres homicidios que ocurre en Venezuela es consecuencia de la intervención de las fuerzas de seguridad del Estado”

El pasado miércoles 26 de enero se llevó a cabo el lanzamiento de la segunda edición del Monitor Fuerza Letal.

Se trata de un informe que reúne el trabajo de diversos investigadores y organizaciones, y que contiene cifras del uso de la fuerza letal por parte de cuerpos de seguridad del Estado, en 8 países de la región.

El evento virtual, que convocó a miembros de la sociedad organizada, organizaciones no gubernamentales, estudiantes, académicos, entre otros, presentó resultados por país, promoviendo la comprensión del fenómeno de la fuerza letal de cara a prevenirlo.

Entre los resultados del capítulo dedicado Venezuela, orquestado bajo el trabajo de nuestro investigador Keymer Ávila, destaca que uno de cada tres homicidios registrados es perpetrado por el uso armas de fuego por parte de la Fuerza Pública.

Este dato ubica a Venezuela como el país con la mayor cantidad de casos extremos de abuso.

Para reparar en más detalles, los invitamos a descargar el PDF con el informe.

Dinámicas criminales

Seminario Dinámicas criminales y grupos armados en Venezuela: lógicas, patrones y reconfiguraciones

Hace semanas atrás llevamos a cabo el seminario Dinámicas criminales y grupos armados en Venezuela: lógicas patrones y reconfiguraciones. Todo dentro del marco de la formación, como uno de los ejes transversales de nuestro trabajo.
El encuentro estuvo moderado José Manuel Roche, de la Universidad de Oxford. Dentro de los expositores estaban nuestra investigadora Verónica Zubillaga. Además de José Luis Fernández; Annette Ilder, de la Universidad de Oxford; y Andrés Antillano de la Universidad Central de Venezuela.
A continuación, compartimos la relatoría del seminario.

Foto por Leo Ramirez

– Presentación de los ponentes por parte de José Manuel –

– Verónica: gracias por la introducción, así como el saludo cordial. REACIN es un grupo de investigadores que desde hace décadas colaboramos juntos. Realizamos investigaciones etnográficas sobre diversos temas en relación a la seguridad ciudadana, como por ejemplo estrategias en la búsqueda del desarme. También somos investigadores buscando incidir.

1. Primer ponente: José Luis. Sociólogo, quien coloca énfasis en sistematizar los datos de la violencia en Venezuela.

– José Luis: ahora les mostraré algunos gráficos que recogen la tasa de muertes por armas de fuego. Generalmente arriba veremos el comportamiento estructural y abajo el coyuntural. Si observamos las cifras desde finales del siglo XX encontramos que desde 1989 no ha existido otro cambio o pico tan drástico en las cifras de muertes. También se ve que a partir del 2005 la tasa se estabilizó considerablemente. Esto último nos permite contrastar con la idea de que la violencia es un fenómeno indetenible. Más bien hay un elemento coyuntural que la permite y después se estabiliza. La idea fundamental que les quiero transmitir es que la violencia no es inevitable.

Por otro lado, a inicios del siglo XXI se había llegado a un consenso: que la violencia era un fenómeno principalmente urbano, sobre todo en el área metropolitana. Sin embargo, en las últimas investigaciones he visto, siendo la cifra proporción de muertes por armas de fuego, que al inicio la misma si era mayor en la geografía urbana en comparación con la rural, pero con el pasar del tiempo lograron intersectarse estas líneas y ahora la proporción es más alta en sectores rurales.

Adicionalmente, hay que entender que, en dichos sectores rurales, así como los urbanos, la violencia se comporta de forma distinta. Esto quiere decir que no es posible hacer uso de las mismas políticas públicas para intervenir el problema de la violencia en Caracas, que las que se usen para el Arco Minero.

A través de datos del Monitor de Víctimas también encontramos un comportamiento particular de la violencia desde el 2017 hasta el 2021, donde visualizamos tres pendientes. La última, es en el tramo de la cuarentena, donde al inicio la letalidad sube, pero luego baja y se estabiliza. En ese sentido, parece que hay un desplazamiento de las economías ilícitas. También permite, de nuevo, ver que el comportamiento de la violencia varía de acuerdo a las distintas circunstancias, no es un fenómenos lineal y progresivo.

2. Annette Idler. Universidad de Oxford.

– José Manuel le pregunta por lo que vio en su trabajo de campo en la frontera colombo-venezolana –

– Annette: he visto la presencia de distintos grupos armados. Por lo menos ahora, con los enfrentamientos en Apure que comenzaron el 21 de marzo. Allí es posible ver disidentes de la FARC, policías venezolanos, civiles o personas que forman parte de las comunidades allá. En esa problemática, hasta ahora han fallecido 9 guerrilleros, 8 policías y 5000 civiles han huido a la frontera de Colombia. Con esto, podemos visualizar una lógica transfronteriza de manera histórica. Con la FARC, ELN, los grupos paramilitares, etc. Luego en los años 90 se ven relaciones entre ELN, FVL y las comunidades aledañas. Trabajaban de manera transfronteriza.

Estas formas de operar en realidad le convienen a los actores armados, ya que es un nicho perfecto para la impunidad y, de la mano con esto, la entrada y continuación de las economías ilícitas.

Ahora, se establecen tres formas de orden entre los grupos que operan entre la frontera: de amistad, que implica que entre distintos grupos armados hay una coexistencia pacífica; rivalidad, donde las alianzas entre dichos grupos son frágiles; por último, de combate, donde hay una franca problemática entre los grupos, como es el caso de la Fuerza Armada y las disidencias de la FARC en este momento.

Esta relación transfronteriza, más cuando se tratan de relaciones de rivalidad o combate, tiene impactos significativos en las comunidades aledañas. En primer lugar, hay un aumento en las tasas de violencia del sector y, por ende, mayores desplazamientos. En segundo lugar, es susceptible a la violencia selectiva, siendo un ejemplo de esto el sicariato. Esto a su vez aumenta la desconfianza entre personas de la comunidad y una erosión del tejido social a largo plazo, si bien a corto plazo puede fungir como “un acuerdo”.

En tercer lugar, menor capacidad por parte de los integrantes de la comunidad de actuar libremente, ya que los grupos que dominan la zona generan una especie de contrato de seguridad ciudadana. En éste, los grupos armados pueden prestar seguridad, respeto, entre otros a la población local, pero luego han de poner sus reglas y la población debe obedecer.

Por último, al cerrar la frontera puede generarse una doble crisis que impacta a las comunidades: la de la emergencia humanitaria y la de la inseguridad. Cerrar la frontera amplía la violencia y la impunidad, sobre todo en el caso de las mujeres. Deben pasar por vías informales, como las trochas, y eso más bien genera mayor inseguridad en sus vidas.

– Promoción del libro de Annette, el cual será publicado en mayo: “Fronteras rojas”-

Foto por Leo Ramírez

3. Andrés Antillano.

– Andrés Antillano: ocurre una mutación de las bandas criminales y hay cuatro grandes cambios para entender lo que sucede actualmente en el delito:

1. Cae de forma significativa el delito predatorio, ya que son más los riesgos que trae que los beneficios. Había alto riesgo de detección y punición por parte de la policía, así como pocas oportunidades económicas. Hay mayores mercados ilícitos, extorsión y acuerdos entre bandas. Lo único que aumentaron fueron los feminicidios.

2. Se da un cambio en la geografía del delito, tal como planteaba José. Se manifiesta en otras zonas e incluso de forma predominante en la ciudad.

3. Ocurre un cambio en la organización del delito. Ya no es uno de grupos pequeños, sino que se genera el delito organizado, el cual puede lidiar con la violencia policial.

4. Hay un cambio de lógica. Inicialmente había una racionalidad expresiva, donde había una lógica guerrera y se buscaba reputación o que el sujeto armado se reafirmara en su exclusión. Se pasa a una lógica empresarial, la cual está orientada a aumentar el lucro y el control.

Ahora, hay tres variables que contribuyen a estos cambios:

1. La violencia policial crece en el 2014. Con esto es importante realizar actividades ilícitas menos visibles, que brillen menos, fortalecer las articulaciones entre bandas, así como acuerdos entre actores estatales. Aquí se ve cómo la mano dura transformó el delito.

2. La contracción económica que surge en el país. Se reducen los blancos atractivos y esto hace que el delito convencional mengue y actividades inelásticas se creen. Allí entra el mercado de drogas o el de alimentos. Aumenta la extorsión, secuestro de personas con alta nivel socioeconómico, así como el control fronterizo. Esto a su vez requiere y, por ende, genera mayor organización.

3. La transformación del lumpen. Las personas que se encontraban en la periferia ahora son centrales y es lo más atractivo.

4. Verónica Zubillaga.

– Verónica Zubillaga: hablaré sobre el impacto que tienen las políticas militarizadas en la forma como se organizan las comunidades y su relación con los actores armados. Para esto, voy a comparar dos comunidades que están en Caracas. Una de éstas recibió sistemáticas políticas de mano dura, lo cual generó que se reorganizaran de una manera mucho mejor planificada y contundente. Caso distinto es el de otra comunidad que queda en el centro de la ciudad. No se manifestaron estas políticas de manera sistemática y de la mano con esto, tampoco un reordenamiento de los grupos armados.

Un elemento comparativo fundamental es el papel de las mujeres en la comunidad. En el primer caso donde hay una gobernanza criminal establecida, es decir, un régimen armado claramente instituido que permea o mueve la vida social y económica, los niños y las mujeres conviven con esto y allí se instaura una ley del silencio. Esto quiere decir que hay unas normas claras y castigos severos para quienes violenten dichas normas. De hecho, los vecinos usan metáforas como: “tienen las reglas, tienen la ley”.

Por ejemplo, está prohibido: robar, los abusos sexuales o la violencia doméstica. En este sentido, si surge una problemática de este tipo, hay una jerarquía en la que estos asumen las funciones del Estado, son los tribunales, son las dádivas de la comunidad. En este espacio, las mujeres se encuentran sometidas. No hay espacio para negociar.

Por otro lado, en la segunda comunidad las mujeres pudieron juntarse para realizar comisiones de convivencia que permitiesen el cese al fuego. En este sentido, hacen un trabajo en redes que posibilita frenar la violencia a través de parte de su poder local como: su rol de madre, el chisme, regular las bandas. Esto contrasta de manera drástica con la otra comunidad, donde parece que la reorganización del grupo criminal más bien posibilita una situación de guerra que secuestra los recursos cotidianos que tienen las mujeres para regular la violencia. Aquí se ve claramente el daño que generan las políticas militarizadas en la vida cotidiana de las comunidades.

-Soluciones:

-José Luis: primero, para pensar en soluciones hay que entender que lo que origina o lo que se asocia a la violencia no es igual para todas las regiones geográficas. Así, habría que crear constelaciones de la violencia. Eso es lo que quiero crear con mi nuevo trabajo, 5 o 6 tipos de constelaciones de la violencia y, con esto, también ver su mutación. El malandro vivaz ya caducó. No se expresa así, ahora es una lógica mucho más burocrática. Creo que sería valioso ver cómo formalizar indicadores para ver cómo se llega de una violencia a la otra; de la culebra a una violencia mucho más organizada.

-Verónica: hay dos tipos de soluciones: las que son desde arriba y las que son desde abajo. Las primeras son las que vendrían desde el Estado. Actualmente hay conflictividad dentro del mismo, no sólo entre civiles. A su vez, un truncamiento de las políticas. Se generó una reforma policial y luego una contrareforma que es la FAES. Lo mismo pasa con políticas de regulación de armas. Allí se registra la conflictividad y las contradicciones de las “revolución pacífica, pero armada”. Ahora ¿qué clamamos? Una reforma policial, procesos de justicia transicional, entre otros aspectos.

Luego están las soluciones por debajo, donde está el cómo incidir en que jóvenes varones logren encontrar un nicho fuera de las bandas armadas. Este aspecto ha sido olvidado o abandonado por el Estado. La idea es fortalecer las redes comunitarias, tanto para jóvenes como para mujeres.

-Annette: el primer problema es el cierre de la frontera. En la relación entre Colombia y Venezuela se denota la dificultad para el intercambio de la información. El caso de Apure es un gran ejemplo. Este cierre también acentúa la violencia en estos sectores porque las trochas se vuelven más importantes, y les da mayor poder a los grupos que controlan.

En el contexto de Ecuador, por ejemplo, se formalizaron algunos cruces que facilitaron la economía legal. Por otro lado, las economías ilícitas serían por medio de la frontera. Por lo que hay que invertir en mayor desarrollo e infraestructura en estas áreas, así como más incentivos en la economía legal.

-Andrés: en el 2015 las mujeres operaban dentro de los mercados ilícitos. La policía había matado a todos los jóvenes, por lo que las mujeres sustituyeron a sus parejas. Pero ahora no creo que sea así. Se establecen nuevas estructuras muy masculinizadas. Ya la mujer no está dentro de los negocios, sino que es una ficha de cambio, una especie de trofeo o de medalla. Hay una conversión de la mujer.

Por otro lado, está el tema de las zonas de paz, donde en realidad la policía no dejó de ir a las comunidades. Siguió yendo, pero ahora extorsiona. Se constituye un ciclo en el que hay encarcelamiento masivo y políticas de mano dura. Con esto viene un cambio en la expectativa. Antes el malandro tenía el trabajo lícito dentro de sus expectativas, pero ya no. Ahora es en lo ilegal, ya que en el momento en el que tiene el poder económico, también tendrá el político. Se generan soberanías que cumplen funciones del Estado.

Foto por Leo Ramírez

-Pregunta-

-Anette: la expansión de la guerrilla ha sucedido históricamente. Pero desde el 2016, con el proceso de paz en Colombia, las guerrillas movilizaron a sus familias para protegerlos. Dicho proceso de paz y el de crisis ha sido clave para expandirse.

Pero allí emerge un reclutamiento de adolescentes, como venezolanos en la frontera, a los que le dan incentivos como: motos, celulares, estatus, entre otros, pero también ocurre trata de personas.

-Zubillaga: hay un problema de disponibilidad y falta de control de armas de fuego. Esto afecta la vida de las mujeres en las comunidades. Ellas también comienzan a tener armas de fuego y reciben los conflictos previos. O también son víctimas, encuentran un arma y viven con la fantasía de que vengarán a su hijo asesinado.

-Andrés: tenemos que acabar con la visión mecanicista de que hay un cartel más grande afuera que viene aquí a controlar. Una globalización o redes globales del delito.

Por otro lado, no migraron los malandros. Existe una salida en general que permite que los efectos de la crisis se alivien y luego esto tiene un efecto en las comunidades.

Por último, como ya se ha dicho, en la década pasada existió una excesiva encarcelación que se les escapa de las manos y tratan de resolverlo con políticas de mano dura. Esto fue problemático. De las acciones de la policía se generaron mecanismos informales, pero sumamente organizados para controlar los territorios.

-José: como ya dije, hay una violencia que es estructural y otra que es coyuntural. Por ejemplo, en el Arauca están los dos lados. Cuando eres un hombre joven en un sector popular estás prácticamente destinado a incorporarte en la dinámica de la violencia. Eso es estructural. Ahora, lo coyuntural es complejo, no porque sea difícil, sino porque son elementos que no van a variar de acuerdo al contexto. Entonces en Arauca será distinto a lo que sucede en Caracas.

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